lunes, 16 de noviembre de 2009

Mi historia


La primera vez que el concepto de ordenador ocupó mi mente mas de un minuto fue cuando, con 7 u 8 años, fui con un envase de cartón en la mano a preguntarle a mi padre para qué servia eso del “código de barras”. Me dijo que era información para que un ordenador la leyese. Aquello estimuló mi siempre inquieta imaginación. Me preguntaba que maravillosos e incomprensibles datos se escondían tras aquellas líneas negras. Yo tenía entonces una idea bastante sencilla de lo que era un ordenador, aunque no había visto nunca uno de cerca: Un aparato muy útil, inteligente y caro, con pantalla y teclas. Me preguntaba qué reacción tendría un ordenador ante un código de barras, así que cogí unas tijeras, recorté el trocito de cartón y lo guardé cuidadosamente para, cuando tuviese un ordenador a mano, introducirle el cartoncito (no sabia muy bien por donde), y observar qué ocurriría.
Sin embargo, el sentido común y el conocimiento llegaron a mí antes que el ordenador, así que desterré la que comprendía como una idea absurda antes de satisfacer mi curiosidad.

La responsable de mi afinidad por la informática, sin embargo, fue una máquina que no tenía pantalla. Al menos, no pantalla en color. Ni en blanco y negro siquiera. Solo un pequeño LCD con dos líneas de texto. Era un raro modelo de calculadora CASIO, con teclado alfanumérico, que, entre sus muchas funcionalidades permitía diseñar sencillos programas en un lenguaje llamado BASIC.


Tenía entonces unos 12 años, y fueron las palabras de mi padre las que encendieron la mecha: “Se pueden hacer juegos” ¿¿¿¿Juegos??? ¿Que clase de juegos se podrían hacer en semejante cacharro? “por ejemplo”, me dijo, “un juego de adivinar números: Adivina un número!... te has pasado!... No llegas...”.

Me quedé con la boca abierta. Me pareció increíble que algo así se pudiese hacer, y le pedí a mi padre que me enseñara, pero él no sabia programar. Así que, me zambullí entre sus teclas, entre las hojas del tocho-manual, que incluía un glosario con las instrucciones más comunes de BASIC, y poco a poco descubrí un mundo nuevo. La sensación que fui teniendo era de intenso poder. Podía actuar sobre aquella maquinita. Darle órdenes y diseñar escenarios de interactuación entre las personas y ella. Diseñar programas.

Mi imaginación no tenía límite. Me sentía con un poder especial. Cada nueva instrucción que aprendía, hacía ese mundo más y más grande y mágico. De ninguna otra forma había podido anteriormente expresar mi creatividad con tanta intensidad. Conseguí construir ese juego, sí, pero de mi mente no dejaban de salir nuevos retos. Construí nuevas versiones, nuevos juegos. El ahorcado, juegos de habilidad con letras y números, temporizadores, alarmas, agendas... Era apasionante. Estuve mucho tiempo aprendiendo BASIC por mi cuenta, y exprimiendo las prestaciones de aquella calculadora.

Cuando por fin un ordenador de verdad llegó a mi casa, estaba a punto de entrar en el instituto. Tenía un procesador Intel 486 a 100 Mhz con 4Mb de RAM y 512 Mb de disco duro. Incluía un revolucionario lector de CD de 4X, y un modem externo de 14.400 baudios. Su sistema operativo era MsDos 6.0, y algunos programas necesitaban ejecutarse en el entorno gráfico Windows 3.11.

En este ordenador, un software llamado “Quick Basic”, me permitió seguir experimentando con la programación. Ahora no solo trabajaba con letras y números. Tenía 640X480 Pixeles y algo más de 26mil colores distintos con los que podía hacer todo lo que quisiese, y también experimenté con el sonido. De mi mente salieron pelotas botando, graficas bellísimas de mil colores dibujándose lentamente. Juegos de habilidad, Convertí el teclado en un “piano”, y reproduje juegos clásicos como el 3 en raya o el arcanoid.

Mucho tiempo después, en la escuela de Ingeniería informática, mis conocimientos han profundizado mucho. En mi camino se han cruzado multitud de libros, herramientas, asignaturas, y profesores; Unos malos, otros pésimos, y algunos buenos. Sin embargo, Nunca me he sentido tan recompensado en mi aprendizaje, como la época en la que con tanta pasión estuve experimentando por mi mismo la programación en BASIC


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5 comentarios:

  1. Jeje muy bueno Dani, me recuerda mucho mis comienzos en Basic con mi ancestral Amstrad CPC... Programando chorradas todo el día jajaj, y luego con el paso al PC y el Quickbasic, a seguir con lo mismo... Menudos jueguecillos horteras que me hacía jajaja. Un abrazo, champion, me gusta mucho tu blog ;)

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  2. Muchas gracias Marcos, es agradable pensar que otras personas sientan esa gran curiosidad por experimentar programando ;). ¡Ah! por supuesto, se aceptan propuestas para mi blog. Un abrazo para ti también.

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  3. Que bonita historia (:

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  4. Hola Daniel, yo tengo un aparato de esos, deseas adquirirlo? escribeme, soy enrique Coronel de Mexico DF: ecoronelg@yahoo.com.mx

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  5. yo todavia tengo es calculadora CASIO, y tambien programaba en BASIC con la Comodore 64..
    Que linda epoca, jejejejejej

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